miércoles, 28 de noviembre de 2012

Análisis de los videos: "Behind the enemy lines: Colombia" y "Callejeros: Viajeros en Colombia"


INTRODUCCION

Este análisis pretende analizar según los videos previamente mencionados, la percepción de Colombia en el mundo, mostrada en este caso, desde la visión de los mismos extranjeros. No es propósito de este ensayo ocultar o negar los aspectos negativos que hay, tanto en las ciudades o departamentos como de todo el país viéndolo como una sola sociedad, sino resaltar la exageración y doble moral que manejan los medios extranjeros al realizar documentales y películas de este tipo.

Además se analizará que tanto este tipo de “publicidad” afecta a la percepción del país en el mundo, no sólo de medios internacionales sino también de medios nacionales que lo único que les importa es generar rating sin pensar las repercusiones de lo que están proyectando.


COLOMBIA: DESDE UNA MIRADA ERRONEA EXTRANJERA

Colombia es un país que ha venido luchando con problemas de corrupción y narcotráfico por más de 50 años. La violencia, las drogas, el tráfico ilegal son entre tantas cosas con lo que se le relaciona al país. Sin embargo, de los 45 millones de habitantes, aproximadamente, aquellos que se dedican a actividades ilícitas no alcanzan a ser ni siquiera un porcentaje representativo, que lleve a pensar a una persona razonable del mundo que en Colombia lo único que se vive son estos problemas, que es un lugar totalmente inseguro, que no se puede salir a la calle sin que en cada esquina lo atraquen o los secuestren y que nuestra economía gira en torno al “rebusque” o dinero fácil del narcotráfico.

Hablando de una experiencia personal, cuando tuve la oportunidad de ir al exterior y socializar con personas de otros países y culturas, cada vez que me preguntaban de dónde era, con mucho orgullo y entusiasmo,  al principio, decía: ¡de Colombia!, descartando las veces que no sabían donde quedaba el país, lo pronunciaban Columbia (algo que me enervaba mucho), la respuesta más común era: Coca. Fuera en broma o no, las personas veían a Colombia  como un paraíso de las drogas, donde cada familia tenía su cultivo en el jardín de la casa y ese era su sustento económico. Otras veces, lo relacionaban con escenas de películas de Hollywood (supuestamente grabadas en lugares en Colombia) como “Mr. And Mrs, Smith” donde bailan un tango aflamencado en medio de gallinas, “Blow” donde comercializan cocaína mostrando la Hacienda de Pablo Escobar como una finca mexicana, o en “The Lord of War” donde usan actores cubanos, mexicanos para usar palabras “colombianas”.
Estas películas estadounidenses se han encargado de proyectar a nuestro país de una forma errónea, exagerando por completo los problemas de conflicto interno que han afectado tanto a la historia colombiana.

En la película “Behind the enemy lines: Colombia” dirigida por Tim Matheson, se expone una Colombia sumida en el caos, un campo de batalla donde los involucrados, la guerrilla y el ejercito hacen que el resultado final sea el desplazamiento de la comunidad. Nos damos cuenta la manera tan superficial y desproporcionada de la película, donde no hay investigación alguna sobre al menos en tratar de dar un contexto lo más parecido de las ciudades, pues se muestra al Bogotá, por ejemplo, como un sitio cálido donde usan ropas ligeras y tienen acentos cubanos. Y suponen que la mayoría de las personas hablan inglés, algo muy irreal y a la vez muy triste.

Lo que el análisis da a entender, es que hay un total desinterés  por parte de los productores de la película por recrear una historia de acción cercana a la realidad, en vez de eso se dedicaron a aprovecharse de la percepción generalizada por parte de los habitantes del mundo para hacer una película donde muestran una Colombia totalmente en caos, eminentemente rural y donde todos son delincuentes con acento cubano. En un sentido, hasta de manera risible, por la absurda realidad, esta película llega a ridiculizar a ciudades, personas, costumbres y demás factores incluidos sin explicar los factores de la problemática actual, con connotaciones históricas que surgen de un medio político, social y económico.


“DOCUMENTAL” DE UNA REALIDAD QUE DUELE

Por el otro lado, encontramos el documental: “Callejeros: Viajeros en Colombia” el cual fue grabado en la ciudad de Santiago de Cali en Enero de 2011 por unos reporteros españoles, y que de documental no tiene nada, es más un reportaje porque la presentadora lo que hace es explicar lo que se va mostrando con un criterio personal de los hechos. Aunque no deja de ser la realidad, mostrando imágenes de los sectores marginados y sus problemas más comunes, que se viven a diario en el centro y demás zonas de la ciudad.

Resaltan características que desafortunadamente la ciudad vive con el negro recuerdo que dejaron a su paso las organizaciones ilegales de tráfico de drogas, como la inseguridad, la violencia, el desplazamiento, la pobreza y la corrupción. Por eso resulta imposible negar que hasta cierto punto, lo que muestran en el reportaje es cierto. En la ciudad de Cali, tenemos serios problemas de intolerancia, muchos problemas de corrupción y grandes incentivos y buena actitud al dinero fácil. Cali siempre ha sido uno de los puntos preferidos para establecer la sede principal de operaciones de las bandas delincuenciales y ha sido la ciudad que más ha acogido desplazados por la violencia que se presenta en el Colombia rural.

A opinión personal, la ciudad de Cali, como la buena mayoría de colombianos, es un pueblo sin memoria, sin sentido de pertenencia pero con mucho patriotismo. Nos vemos como un pueblo, y esto hace que el resto del mundo nos mire de la misma forma. Y luego, nos sentimos indignados y heridos cuando vemos algún video de esta clase, preguntando por los culpables, sin saber que las mismas personas se encargan de dar esta imagen a la ciudad.
Sin embargo, la crítica a este “documental” es que si se hubiera llamado “Las zonas marginadas de Santiago de Cali” pues podría tener más coherencia, pero es de un programa de turismo con el propósito de dar a conocer de la mano de sus habitantes diferentes lugares de la ciudad.  Y aquí se muestra de una manera muy parcializada, las personas que viven o muy debajo (o cerca) de la línea de pobreza, lo que representa aproximadamente el 15% de la población, o muy por encima, de estrato seis, de minorías por supuesto, lleno de lujos. Un marcado contraste de la realidad, pero que no representa lo que es Cali en su totalidad, y mucho menos para mostrar una idea que se venderá en el exterior de lo que es Colombia.

Aunque se menciona brevemente algunos aspectos positivos de la ciudad y su cultura, como el tema de la salsa, no se interesa mucho por mostrar los lugares turísticos y atractivos culturales. Es más, en una entrevista de el diario El Pais  a una de las guías locales de los reporteros, se comento que se proponían otros sitios donde se mostrara más la riqueza cultural de Cali, como Granada o Calima, pero los reporteros españoles contestaron que no querían hacer turismo.

En lo que se puede concluir es que este tipo de reportaje tenía la intención premeditada de dañar la imagen de la ciudad y del país mismo, reiterando sólo los aspectos negativos basándose en testimonios exagerados, tanto de locales como extranjeros. Esto sólo deja una indignación hacia los medios amarillistas que lo único que quieren es captar la atención del televidente, subir el rating y desacreditar el país latinoamericano.


CONCLUSION

Finalmente, como conclusión con estos dos videos podemos ver la línea entre lo real y lo absurdo. Por un lado, “Callejeros viajeros” usa una ceguera selectiva de la ciudad, pero que no deja ser verdad, llegando herir susceptibilidades por dejar ver dicha realidad, mientras, “Behind the enemy lines” proyecta una realidad totalmente exagerada y fuera de la realidad a lo que es la actualidad del país.

Así, tanto el desconocimiento del contexto de un país como los detalles más insignificantes y las malas intenciones de algunos, afectan en gran medida la mirada que se tiene de Colombia en el mundo, repercutiendo en la inversión y en el turismo del país, y afectando terminando de afectar posiblemente la percepción que tenemos de nosotros mismos.


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